A partir de 1977, el Grupo de Tareas de la ESMA montó una estructura similar a la de una agencia de noticias con algunos prisioneros obligados a trabajar allí. Las personas asignadas a este espacio fueron sometidas al llamado “proceso de recuperación”, mediante el cual se pretendía modificar ideologías y valores de las y los secuestrados. Esta zona fue dividida con paneles de acrílico transparente en una serie de oficinas, ubicadas a lo largo del pasillo central. En este lugar, un grupo de detenidos-desaparecidos seleccionado por los represores debía hacer traducciones, análisis de datos políticos y desarrollo de propaganda en apoyo de las aspiraciones políticas del comandante de la Armada Emilio Massera
La tarima recorre el espacio para dar lugar a cuatro cubos de vidrio donde se muestran imágenes de material periodístico de la época. A su vez, una instalación de sillas evoca el lugar de trabajo esclavo y sonidos de teletipo y máquinas de escribir.