La Quinta Copia. Una operación editorial de Asunción Casa Editora tomando como punto de partida las imágenes y testimonios de Víctor Basterra.
El sábado 28 de marzo se realizó La Visita de las Cinco, el tradicional encuentro del último sábado de cada mes. En esta oportunidad inaugurando su sexto año consecutivo bajo un nuevo formato: la presencialidad para invitadas e invitados, con transmisión directa desde el museo, y la virtualidad para el público que lo ve desde su casa.
En esta primera edición de 2021, que tendrá como denominador común Los Trabajos de la Memoria, se presentó «La Quinta Copia – Una operación editorial de Asunción Casa Editora», un libro que trabaja sobre la producción fotográfica y el testimonio judicial de Víctor Basterra. Las participantes del encuentro fueron Agustina Triquell y Alejandra González, responsables de Asunción Casa Editora; Elizabeth Jelin, doctora en Sociología e investigadora superior del CONICET; Gabriela Sosti, auxiliar fiscal en juicios de lesa humanidad, y María Eva Basterra Seoane, música, secretaria de Género y Derechos Humanos de ATE en ARBA, hija de Víctor Basterra.
Alejandra Naftal, directora ejecutiva del Museo Sitio de Memoria ESMA, estuvo a cargo de las palabras de bienvenida, y agradeció previamente al secretario de DDHH, Horacio Pietragalla Corti, al Consejo Asesor del museo, al colectivo de sobrevivientes del centro clandestino, y a Canal Encuentro por el préstamo de parte del equipamiento utilizado en la visita. Luego se refirió a Los Trabajos de la Memoria como el disparador de Las Visitas de las Cinco 2021: «Este año nuestra idea es convocar a todos aquellos y aquellas que de alguna u otra manera desarrollan, elaboran, producen, escriben y piensan, diversas manifestaciones desde distintos ámbitos y disciplinas, que aportan a la indagación, al debate, a la reflexión, y sobre todo, al diálogo intergeneracional sobre nuestro pasado reciente y nuestro presente. Una de las misiones fundamentales de esta institución», explicó Alejandra.
Otra de las particularidades de este nuevo formato del ciclo es que los invitados y las invitadas realizarán la moderación del encuentro, que en esta ocasión estuvo a cargo de Agustina Triquell, una de las autoras de «La Quinta Copia», y la primera en tomar la palabra luego de ver un video con parte del testimonio judicial de Víctor Basterra.
Agustina se refirió a la ocasión de presentar el libro en el Museo Sitio de Memoria ESMA: «Es interesante estar acá en este formato híbrido, presencial y virtual. En un espacio tan querido y tan formativo. Cuando, junto a Alejandra (González) pensamos en este libro y cómo presentarlo, ya lo veníamos trabajando hace mucho tiempo, y justo cuando entramos en imprenta nos enteramos de que Víctor había fallecido. Eso también nos llevó a pensar en cómo iba a ser la presentación de este libro. Lo hicimos público en diciembre, pero esperamos a marzo porque es un mes muy simbólico, y en este lugar, para encontrarnos finalmente y poderle dar salida a este proyecto».
Asimismo, Alejandra Gonzáles, coautora junto a Triquell, explicó que la idea del libro comenzó en 2015. Cuando pensaron el proyecto se juntaron con Víctor Basterra en su casa y le comentaron acerca del trabajo que tenían pensado hacer:
«Pasó mucho tiempo de eso, los libros llevan mucho tiempo, por distintas circunstancias, y hubo muchas idas y vueltas en relación a qué queríamos hacer. No nos interesaba hacer un libro con fotografías de los represores, que a la vez era el aspecto de la fotografía de él que más nos interesaba. Con el tiempo, nos dimos cuenta de que el juicio y la palabra, esa oralidad de su testimonio en julio del 85, era muy fuerte. Lo que más nos interesaba era poder llevar ese testimonio de Víctor, de otra forma a la gente que lo quiera leer, y que pueda circular», expresó Alejandra.
Al respecto, Triquell agregó: «Algo que nos interesa especialmente a las dos sobre la fotografía no es solamente el instante de hacer una foto sino todas las acciones corporales que hay alrededor de lo fotográfico. Nos interesaba que el libro reproduzca algo de ese mismo gesto de esconder algo ante su sensibilidad -con la potencia poética de lo sensible- y de guardarlo para que eso no sea encontrado».
Agustina le dio la palabra a Elizabeth Jelin, quien se manifestó muy agradecida por la invitación: «siempre es emocionante estar aquí y acompañar los trabajos de la memoria».
Luego se refirió al trabajo realizado por las autoras de La Quinta Copia: «Sobre Víctor Basterra hay muchos trabajos realizados, y nos encontramos ahora con este libro. Y nos preguntamos, ¿qué de nuevo se puede decir?. El texto es la declaración de Víctor Basterra en el juicio a las juntas, con las preguntas y las respuestas, y en los lugares donde deberían estar las fotografías hay espacios en blanco, lo que en la lectura tiene un impacto, una manera de llegar, de afectarnos, en un sentido fuerte, que yo imagino es muy superior a que la foto estuviera allí. El hueco, el vacío, la ausencia de la fotografía. Aquí es donde hay un trabajo, de las autoras, en esto que a mi me gusta llamar `los trabajos de la memoria´, que es, no reproducir necesariamente lo que ya está hecho, sino hacer una vuelta de tuerca más. Que me parece que es la gran contribución que da este libro a este espacio en el que Víctor Basterra pasó tantos años de su vida».
Antes de presentar a la fiscal Gabriela Sosti, Agustina Triquell se refirió al concepto de «operación editorial»: «Cuando hablamos de operación editorial nos señalaron la carga que tiene la palabra `operación´. por qué decimos que es una operación editorial, porque también en algún sentido era difícil pensar de quién es la autoría de esto. Están los testimonios de Víctor Basterra. Hay un trabajo con el texto que es el de señalar ciertas decisiones materiales con el libro. Era difícil pensar lo que hacíamos con ese material. Gabriela Sosti nos acompañó con todo lo que Víctor había declarado y con qué íbamos a trabajar, y en cómo pensar esa performatividad del texto jurídico».
Fue el turno entonces de Gabriela Sosti, que agradecida por la invitación expresó: «Quiero agradecer a las compañeras por convocarme a reflexionar algo sobre esta luminosa irrupción que es esta `operación militante´.» Su exposición estuvo centrada en la pregunta ¿»Cómo se atrapa en algún lenguaje simbólico el horror, lo siniestro?».
Para lo cual la fiscal explicó: «Acá aparece la palabra como facilitadora de esa apropiación. La palabra es el abordaje simbólico más inmediato, más directo, más cómodo. ¿El lenguaje jurídico, el lenguaje judicial, lo es? Porque ese lenguaje es el territorio simbólico donde se construye el poder, donde se construye la verdad. Y pienso ¿cómo dentro de ese escenario, dentro de esa lengua hablada por jueces y juezas, se atrapa el sentido del acontecimiento del horror, qué atrapa y qué deja afuera? Quizás ese sea el flanco débil de las palabras, frente a la potencia y la posibilidad de otros lenguajes, de otros modos, que interpelan los sentidos, que hacen estallar los sentidos, y frente a los cuales las palabras huelgan».
Se refirió entonces a las imágenes tomadas por Basterra: «El gesto heroico, descomunal de Víctor Basterra, desafiando, a sus posibles asesinos -asesinos de tantas compañeras y compañeros- toma el lugar de la palabra y nos cachetea con esa contundencia atroz, la de la imagen, indudable. Un registro que nos permite proyectar la dimensión que tuvo el horror. Entonces ese lenguaje portador de poesía se convierte en un inexorable portador de verdad».
Para concluir con su exposición agregó: «Ese gesto descomunal de Víctor, que celebramos y agradecemos, queda refugiado y atrapado, y respeta esa latencia que nos permite una y otra vez, al infinito, intentando develar el horror, entenderlo quizás. Esa es la función tal vez, de este gesto de profunda militancia, de profundo amor militante que es La Quinta Copia que es un gesto que también tenemos que celebrar y agradecer».
Rodeada de fuertes emociones tomó la palabra María Eva Basterra Seoane, quien agradeció a las autoras por su obra y dijo: «Gracias a ustedes por esta operación, vamos a llamarla operación triunfo, porque fue un triunfo llevarlo a cabo».
Luego se refirió a la quinta copia que había hecho su papá: «Hubo un disparador de esa quinta copia, no es que de la nada surgió esa idea. No porque no pudiera ocurrírsele a mi viejo solo, sino que hubo un disparador y fue un mandato de los compañeros. Entre esos compañeros estaba Enrique `el gordo´ Ardetti, que era un compañero de las FAP (Fuerzas Armadas Peronistas), quien le pregunta si sabía qué iban a hacer con ellos. Mi viejo le dijo que no sabía. Entonces Ardetti le dice -Negro, si zafás de esta, que no se la lleven de arriba-. Ese mandato fue clave, y una de las cosas de las que se dio cuenta es de que tenía acceso a los rostros de los milicos y que gracias a su profesión pudo pergeñar este plan perfecto».
Para concluir, casi entre lágrimas dijo: «mi viejo siempre pensó su vida para la transformación desde lo colectivo. Él nunca se vio como un héroe, porque no lo pensaba como un acto heroico que hacía por él, sino por los compañeros que estaban en capucha, por los que desaparecieron y por el futuro también. Esto de que se sepa la verdad, ponerle el rostro al horror, a los asesinos, siempre fue pensando en la transformación colectiva y en jugársela».
Sobre el final de la visita las invitadas respondieron las preguntas enviadas a través de las redes. Para el cierre María Eva, acompañada por una guitarra, entonó unas canciones.