Por la ESMA pasaron unos 5.000 hombres, mujeres y niños. Cerca de 60 personas sobrevivieron al Mundial. Gracias al testimonio brindado por ellos ante la Justicia, sabemos que el Campeonato del Mundo en la ESMA comenzó a organizarse a mediados de 1977. Durante ese período, el Grupo de Tareas puso en marcha una enorme arquitectura de propaganda y producción de documentos fraguados abastecida con mano de obra forzada de los prisioneros, que así se convertían en el lado impensado del campeonato del mundo.
MADE IN BUENOS AIRES
El Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto dependía de la Armada Argentina. A mediados de 1977, creó la Dirección de Prensa y Difusión y el Centro Piloto de París para revertir la imagen argentina ante la proximidad del torneo. Un grupo de prisioneros comenzó a realizar diversas tareas para esas estructuras, desde diseños de encuestas, producción audiovisual, traducciones y análisis de prensa.
TOUR AL CENTRO CLANDESTINO
En febrero de 1978, el GT realizó un traslado masivo de prisioneros y desmanteló parte de “Capucha” y “Capuchita” para recibir a un periodista norteamericano. Michael Frenchman del diario The Times visitó la ESMA en el mes de abril en compañía de altos mandos del GT con el edificio prácticamente desalojado. Un pequeño número de prisioneros fue encerrado en los cuartos de los oficiales del segundo piso. Y otro, obligado a disfrazarse de policías para recibirlo.
UNA FUGA EN VÍSPERAS DEL MUNDIAL
El 17 de marzo de 1978 Horacio Domingo Maggio se fugó de la ESMA y denunció en una carta pública la existencia del centro clandestino. En días muy cercanos al Mundial, la carta mencionaba el secuestro de las monjas francesas que conmocionaba a la comunidad internacional.
UNA PELÍCULA EN MADRID
La actividad del “Sótano” cambió durante el campeonato. Los prisioneros asignados al laboratorio fotográfico y a la imprenta debieron falsificar carnets para las acreditaciones a las conferencias de prensa de la Selección y libretas de trabajo para la cobertura de los partidos. En la “Huevera”, un grupo debió realizar audiovisuales rudimentarios para ser exhibidos en Europa. Entre ellos, un documental sobre las bellezas y la moda argentina doblado al francés.
LA AGENCIA DE NOTICIAS DE LA ESMA
El sector de “Pecera” adquirió el ritmo afiebrado de una redacción. Los detenidos fueron obligados a escribir editoriales leídas en el noticiero de Canal 13 y emitidas en Radiodifusión Argentina al Exterior (RAE). Atendieron al gerente de Noticias de Canal 11 y acompañaron delegaciones de periodistas extranjeros, sin evidenciar la condición de prisioneros de la ESMA.
«Previo al Mundial ‘78, había muchas críticas en Francia de las que participaban artistas muy conocidos. Se hacían manifestaciones frente a la embajada argentina con campañas en la que se exigía no participar del Mundial y llevaban como consigna que los partidos iban a hacerse en el Monumental, la cancha de River, a pocos metros de donde se torturaba y se asesinaba, el lugar más conocido y mundialmente famoso. Es decir, la ESMA ya era para el Mundial el símbolo mismo de la represión y de la dictadura».
«Una vez dentro de la ESMA siempre estuvimos pensando: bueno, vivimos otro día más, y al día siguiente, vivimos otro día más. Entonces andábamos en el día a día, sobreviviendo otro día más».
«Puedo afirmar que aquello estaba tan burdamente realizado que el periodista se dio cuenta de ello. Todos los uniformes eran nuevos y nos quedaban grandes. A las mujeres se les notaban las marcas de los grilletes. Todos teníamos como mínimo de nueve meses a un año de no ver la luz del sol, lo que nos daba un color amarillo-verdoso. Tanto sospechó el periodista que le preguntó a boca de jarro a un prisionero: ¿por qué mataron a Rodolfo Walsh? Y éste contestó: porque era un terrorista. En ese momento, uno de los oficiales navales al ver que la cosa se complicaba, dijo: no más preguntas».
«Recuerdo que estando en París, llamó por teléfono el Tigre Acosta en una fecha que ustedes podrán identificar mejor que yo. Dijo que un detenido al que llamábamos Nariz, creo que se llamaba Maggio, se había fugado y por eso iba a tirar a diez montoneros en la Plaza de Mayo. Yo le dije lo difícil que iba a ser mantener la imagen argentina en Europa si hacían esa barbaridad. Finalmente creo que no lo hicieron».
«Esa habitación era para eso: para un proyecto de audiovisuales que me ordenan hacer. Entonces, viendo que era una oportunidad para continuar esta especie de trueque de vida por trabajo, doy los datos de una empresa que fabricaba equipos audiovisuales, equipos de sincronización. Ya estamos en el año 78. Y me ordenan que tengo que hacer para el ministerio de Relaciones Exteriores, un audiovisual sobre las bellezas argentinas».