El sábado 30 de mayo se realizó la primera Visita de las Cinco del año en homenaje a Dagmar Hagelin, la joven de ascendencia sueca secuestrada por el grupo de tareas de la ESMA.
Debido al aislamiento social preventivo obligatorio, el Museo Sitio de Memoria ESMA permanece cerrado. Por eso, la visita se realizó a través de Facebook Live y nuestro canal de Youtube. Y en tanto la cuarentena continúe, se podrá participar virtualmente de los próximos homenajes, el último sábado de cada mes.
De esta jornada participaron un hermano de Dagmar, Jonathan Hagelin, desde Suecia; Mercedes Carazo y Silvia Labayrú, sobrevivientes de este ex centro clandestino de detención y tortura, y Anders Carlsson, embajador de Suecia. La cronista fue Stella Segado, especialista en archivos y derechos humanos.
El encuentro fue inaugurado por Alejandra Naftal, directora ejecutiva del Museo y Horacio Pietragalla Corti, secretario de Derechos Humanos de la Nación.
“Estamos muy contentos de volver con la Visita de las Cinco y desde el Museo Sitio de Memoria ESMA estamos contentos también de ser parte de esta gestión de gobierno que se inició el 10 de diciembre del 2019, con una política de Estado de defensa y promoción de los derechos humanos”, fueron las palabras de apertura de Alejandra Naftal.
Acto seguido le cedió la palabra a Horacio Pietragalla Corti, quien comenzó saludando a los y las presentes y en particular al embajador de Suecia: “En las épocas difíciles de este país, en plena dictadura, fue uno de los países que más abrió sus puertas para recibir a los compatriotas que estaban siendo perseguidos” y agregó “Nuestras agendas se vieron interrumpidas por este marco que estamos viviendo, pero tenemos toda la voluntad de fortalecer los vínculos y de transformar este sitio de memoria en un patrimonio de Unesco. La región y Argentina lo necesitan porque no hay símbolo más importante que la lucha de este país contra la impunidad y los delitos de lesa humanidad, como también el significado de las Madres, las Abuelas y los familiares”.
Previo a las palabras de los/las invitados/as, Naftal presentó un video donde el padre de Dagmar, Ragnar Hageling cuenta la historia del secuestro de su hija, y leyó también una carta de Laura Waisman, hermana de Dagmar, quien se sumó de esta manera al homenaje. Asimismo, a través de un audio, estuvo presente Cristian Hagelin, uno de sus hermanos mayores que viven en Argentina.
Luego, fue el turno los/las invitados/as. El primero en hablar fue el embajador Anders Carlsson quien agradeció la invitación a participar de este encuentro y a la familia Hagelin. “Dagmar fue importante para mí. Durante mi primer estadía en Argentina a finales de los años 90, estuve a cargo de su caso en la embajada” y agregó: “Así llegué a entender a la Argentina de dictadura y a la Argentina democrática, a través de su vida. Su historia me conmovió. Por eso cuando volví el año pasado, después de casi 20 años fuera del país, uno de los momentos más impactantes fue descubrir que la ESMA se había convertido en un espacio de memoria. Y el hecho de que podamos reunirnos aquí en la Ex ESMA para este evento aunque sea en forma virtual me parece no solo una conmemoración, sino también una celebración de los derechos humanos”.
Seguidamente, Jonathan Hagelin expresó su satisfacción por estar presente a tantos kilómetros de distancia en el homenaje en honor a su hermana y a la lucha de su padre. También contó que no conoció a Dagmar personalmente pero sí supo quién era a través de biografías de ella y por lo que le contó su familia. Durante su exposición, destacó una anécdota: “el 3 de diciembre de 1976, Dagmar le dejó una carta a su madre donde decía ‘yo no sé si amo la vida porque es maravillosa o si la vida es maravillosa porque yo la amo’. Esas palabras las llevo escritas en mi cuerpo con un tatuaje. Además, mi sobrina y mi hija llevan Dagmar como su segundo nombre. Siempre estará presente en nuestras vidas” y afirmó: “Mi padre siempre supo que estos cobardes iban a ser juzgados por sus crímenes. Él nunca dejó de creer”.
Por su parte, Mercedes Carazo contó cómo conoció a Dagmar durante su secuestro y el pedido de su padre para que declare: “Una tenía miedo de declarar sobre todo cuando en el país donde yo estaba viviendo no teníamos absoluta democracia. Sin embargo, no pude resistirme a los pedidos de un padre. Yo había vivido la desesperación por no saber qué pasaba con mi hija, cuando estuvo unas horas en la ESMA. Me ayudó a tomar la decisión porque si estábamos vivos, teníamos que declarar”.
Silvia Labayrú contó también cómo conoció a Dagmar durante su militancia en Montoneros y luego durante su secuestro en el centro clandestino de detención de la ESMA. Además pidió hacer un homenaje a su padre: “Se habla poco del papel de los padres. Hubo muchos como él, que junto a los organismos de derechos humanos velaron por nosotras, nos buscaron y nos cuidaron aceptando muchas veces tener que someterse ellos también a las directrices y caprichos de los represores”.
Finalmente, Stella Segado afirmó: “Hace un tiempo que vengo repensando nuestra tarea de reconstrucción. Pienso que mi tarea tiene, al igual que toda política de memoria, una forma de pensar al pasado adelante nuestro. Porque creo que la única manera de que el futuro nos siga es tener la historia adelante”.
Más de 500 personas de Argentina y otras partes del mundo siguieron la jornada a través de la página de Facebook del Museo y su canal de YouTube. Allí pudieron participar con comentarios y preguntas a los/las oradores/as.