En el lenguaje de la Armada, el pañol es el sitio destinado al depósito de provisiones en un buque. En el Centro Clandestino se utilizó el nombre para designar el lugar en donde se almacenaban los bienes robados a las personas detenidas-desaparecidas. Los objetos acumulados en este sector provenían del saqueo de los bienes de los detenidos durante los secuestros. El botín robado se utilizó para las actividades represivas del Grupo de Tareas y también para el beneficio personal de los represores. Con el paso del tiempo, el robo alcanzó a casas, campos y hasta caballos de carrera. Para sofisticar esa estructura, la Armada comenzó a producir documentos falsos, montar inmobiliarias y empresas, algunas de las cuales aún son materia de investigación en la Justicia.
Actualmente en esta Sala se pueden ver proyecciones que evocan la dimensión y los objetos que se alojaban en este sector.