Alejandra Naftal, directora del Museo Sitio de Memoria ESMA: “Ya no se puede negar que en Argentina hubo terrorismo de Estado”
El equipo del Museo Sitio de Memoria ESMA presentó la candidatura para ser incluida en la lista de Patrimonio Mundial de UNESCO y del predio Espacio Memoria y Derechos Humanos como zona protegida.
La museóloga y antropóloga Alejandra Naftal, directora del Museo, habló con NEA HOY sobre el proceso de selección y la importancia que tiene esta candidatura tanto para la institución como para la lucha por verdad y justicia en Argentina.
La postulación del Museo sitio de la memoria
Con el impulso del Directorio de Organismos de Derechos Humanos del Espacio Memoria, en 2015 se envió al Comité Argentino de Patrimonio Mundial la solicitud para integrar la lista indicativa de bienes argentinos seleccionables para el fin.
En 2017, las autoridades del museo recibieron una respuesta desde UNESCO París de que ya integraban la lista indicativa, por lo que el paso siguiente fue conformar un equipo interdisciplinario para trabajar en la elaboración del expediente para la presentación de la candidatura.
Para el 2019, cuando el expediente ya se encontraba avanzado, se empezó con las tareas de visibilización y concientización destinadas a reunir apoyos para la candidatura a nivel regional, nacional e internacional. “Para UNESCO es muy importante que la presentación la haga un Estado, no un gobierno”, aclaró Naftal.
De acuerdo a la antropóloga, antes de finalizar el año se estará haciendo la presentación definitiva del Dossier para recibir en el museo durante el 2022 las comitivas de UNESCO que realizarán las entrevistas e inspecciones pertinentes.
De seguir este proceso, en junio del 2023 los 21 países que integran el Comité Internacional de Patrimonio Mundial estarían votando la inclusión del Museo Sitio de la Memoria en la lista de lugares reconocidos como Patrimonio Mundial.
Un compromiso con la UNESCO
Según Naftal, la distinción representa un desafío y una oportunidad para la institución. Sobre el desafío, explica que para postularse se necesita alcanzar estándares internacionales de conservación y puesta en valor.
La distinción, a su vez, es un compromiso que asume el país con la UNESCO de mantener estos estándares en el tiempo y asegurar las condiciones para que el museo sitio de la memoria continúe cumpliendo con las misiones y funciones estipuladas en la candidatura.
Para la directora, esto es muy positivo para los sitios de memoria, porque implica que la conservación y continuidad del museo “sea un compromiso y una responsabilidad del Estado y no de cada gobierno”. Así, el museo ya no dependería de la agenda política del partido gobernante sino que todo gobierno que asuma la dirección del país deberá cumplir con estos compromisos más allá de su postura sobre los derechos humanos.
La mirada turística
En todo el mundo, solo cinco lugares dedicados a la memoria son considerados patrimonio mundial por la UNESCO. Estos son La Isla de Gorée en Senegal y El Muelle de Valongo en Brasil; el Memorial de la Paz en Hiroshima, Japón; el Puente Viejo en Bosnia y Herzegovina; la prisión de Roben Island en Sudáfrica y el Campo de Concentración y Exterminio Nazi Auschwitz-Birkenau en Polonia.
De ser concedida la distinción, el Museo Sitio de Memoria de la ESMA formaría parte de este selecto grupo. Esto atraería al museo a gente de todo el mundo interesados en hacer turismo histórico. Esto en el museo lo tienen presente, y según cuenta Naftal, desde el plan de gestión vienen trabajando con expertos en lo que se llama turismo en sitios de memoria.
“Hay víctimas que les hablás de turismo en los sitios de memoria y no les gusta, y yo lo entiendo, porque uno tiene asociado el turismo a lugares de entretenimiento. Pero en el mundo está demostrado que la gente también hace turismo histórico para conocer el pasado”, aclara Naftal.
Así como en todo el mundo los interesados en conocer los horrores del Holocausto visitan los campos de concentración en Auschwitz, el Museo Sitio de Memoria sirve como fuente de información y conocimiento sobre la más sangrienta dictadura de América Latina desde los testimonios de sus víctimas.
Un piso para el debate
La historia alrededor de los desaparecidos y la última dictadura militar no deja de ser un tema controversial en Argentina. Hasta hoy en día, cada tanto, vuelven a surgir sectores discutiendo la veracidad de los hechos históricos o las intenciones de los organismos de derechos humanos y el pedido de verdad y justicia.
Para Alejandra Naftal, los debates siempre están abiertos. Después de todo, para ella los sitios de memoria tienen que servir como “espacios de debate y diálogo intergeneracional”. Sin embargo, ella divide entre aquellos dispuestos a debatir y quienes cuestionan para provocar.
“La gente siempre va a tener derecho a discutir y debatir sobre el rol de la lucha armada o el número de desaparecidos, pero una cosa es preguntar para saber y otra cosa es preguntar para provocar o poner dudas sobre lo que ocurrió”.
Para la antropóloga, la postulación también sirve para dar una mayor legitimidad a los testimonios y documentos históricos. “Pone un piso donde algunos debates de provocación o de negacionismo ya no van a funcionar: ya no se va a poder negar que hubo terrorismo de Estado, desaparición forzada de personas, campos de concentración y que hay nietos que las abuelas siguen buscando”.